ACCIDENTES DE ESQUÍ

12 Jan 2012

Una serie de accidentes con consecuencias trágicas en los últimos días han hecho encender las luces de alarma. Sólo hace falta ver los comentarios en las ediciones digitales del pais para ver que nadie es indiferente a los sucedido en nuestras estaciones.

Una serie de accidentes con consecuencias trágicas en los últimos días han hecho encender las luces de alarma. Sólo hace falta ver los comentarios en las ediciones digitales del pais para ver que nadie es indiferente a los sucedido en nuestras estaciones.
No somos distintos en otros lugares; en los paises anglosajones todo el mundo se movilizó y se dio un nuevo impulso al uso del casco a partir de la muerte de la actriz Natasha Richardson por accidente de esquí en Canadá en marzo de 2009.
Los hechos trágicos tienen el efecto de atraer la atención del gran público sobre temas de los que no se habla habitualmente, pero que no por eso están desatendidos. La seguridad en las pistas de esquí implica a numerosos profesionales. La tarea más aparente de estos profesionales es la que empieza desde el mismo momento de un accidente, empezando por el equipo de pisters socorristas, los centros médicos de pistas y siguiendo en los casos más graves con el transporte sanitario y los servicios hospitalarios. Esta parte del trabajo, sin embargo, es sólo una parte mínima.
Los pisters socorristas por ejemplo, dedican casi la totalidad de su jornada laboral a tareas de prevención, detección y señalización de peligros. Colaboran con los servicios meteorológicos oficiales recogiendo datos sobre el terreno, realizan sondajes para determinar la evolución del manto nival... Su conocimiento del terreno y de las incidencias detectadas durante la temporada de invierno determinan toda una serie de actuaciones que pueden ir desde la adecuación de la innivación artificial y el trabajo de las máquinas pisanieves hasta movimientos de tierra durante el verano para mejorar la orografía del terreno.
El trabajo de los ?cañoneros? o nivocultores también tiene su importancia, vigilando los más mínimos cambios en la temperatura o la humedad ambiental con el fin de poder producir una nieve de la mejor calidad posible.
Los ?maquinistas? también, durante las horas de cierre y a veces en condiciones adversas, deben devolver las pistas estropeadas por el paso de los usuarios y los estragos de la meteorología a un estado óptimo?
Todos los recursos humanos y materiales que podamos poner al servicio de la prevención serán siempre pocos, siempre habrá el factor humano, y a veces el azar, que harán que pueda aparecer el accidente.
Pero miremos las cosas con serenidad. ¿De qué estamos hablando? Estamos hablando de una actividad deportiva realizada en un entorno natural, y por lo tanto con variables que no podemos controlar. Una estación de esquí no es un parque temático con atracciones mecánicas perfectamente controladas. La velocidad, las trayectorias elegidas dependen del usuario y de su comportamiento depende el nivel de seguridad (la propia y la de los demás). Para favorecer la convivencia de los distintos usuarios se han establecido una serie de normas de comportamiento en las pistas de esquí que cada uno debería conocer y respetar. Son las 10 reglas FIS. Estas normas son puro sentido común, el menos común de los sentidos, dicen, pero la gran mayoría de los usuarios las respetan.
En nuestro entorno, los accidentes en los deportes de invierno siguen los mismos patrones que en todas las áreas esquiables del mundo. Están bien estudiados, los profesionales implicados nos encargamos de recoger los datos, ponerlas en común e intentamos extraer enseñanzas y pistas para mejorar su gestión y encontrar medidas de prevención. Su incidencia es alrededor de 5 accidentes por 1000 días de esquí, de media en los últimos años se han atendido unos 14.000 lesionados por temporada. A pesar de la espectacularidad de la cifra, sólo un 5% de estos precisaron tratamiento hospitalario. Los datos de mortalidad nos hablan en índices que pueden variar de un fallecido por 1.5 a 3 Millones de días de esquí, las estadísticas en este caso son más imprecisas en tratarse de hechos excepcionales, por eso mismo es muy difícil afirmar cuáles pueden ser los factores que pueden conducir a un desenlace fatal. Parecería sin embargo, que los elementos que encontramos con más frecuencia son la combinación de altas velocidades y el impacto contra un elemento fijo u otro usuario.
Son muchas las voces que acusan la presencia de obstáculos en este tipo de accidentes y piden su eliminación. La reflexión que nos deberíamos hacer es: El usuario que no puede controlar su trayectoria y acaba impactando contra un obstáculo tiene las mismas posibilidades de impactar con otro usuario que contra este elemento fijo??
La política de señalización y protección de los distintos elementos que se pueden encontrar en las estaciones de esquí andorranas es ejemplar, y es una falacia pensar que se pueden eliminar. Los cañones, las pilonas, las baliza de señalización son elementos necesarios e inseparables de una pista de esquí, tal y como los son los árboles, los barrancos o los taludes?
Es necesario que todos seamos conscientes de los riesgos que asumimos y que adaptemos nuestro comportamiento en consecuencia, que respetemos las normas de convivencia, el sentido común, que nos equipemos correctamente? y a pesar de todo siempre quedará ese factor, el azar que nunca podremos controlar